viernes, 2 de enero de 2009

la revolución y nosotros que la quisimos tanto


parafraseando a daniel cohn-bendit "la revolución y nosotros que la quisimos tanto" podía ser un buen epitafio para un tiempo que ya ni es ni puede ser el mismo. la revolución se puede visitar de diez de la mañana a seis de la tarde en el museo que para su recuerdo se levanta a pocos metros del hotel en donde me alojo. dos cosas me quedan claras, la cuba de baptista exigía una revolución en todos los ambitos, tal y como se hizo, pero también me queda muy claro que la actual situación de la isla es insostenible, porque cuba se desnutre física y animicamente, el embargo exterior y el interior, la falta de alimentos y libertades exige cambios desde dentro y fuera, y el problema es sobre todo cómo y cuando.

paseando por la habana vieja y centro habana quedé sorprendido por la belleza de una ciudad que debido a circuistancias de orden político y económico ha quedado anclada en el tiempo, en un tiempo en el que cohabitan todos los estilos arquitectónicos que la visitaron y en la cual se dan cita varias formas de entender la misma ciudad. pero la habana vieja se desmorona y es poco probable que un país que sufre un bloqueo indecente pueda acometer en décadas la reforma que necesita, porque hoy por hoy lo prioritario se palpa sobre los manteles de los comedores y en las estanterías básicas de todos los comercios. temo que si algún día entra la mafia del ladrillo, mafia que tanto hemos sufrido en nuestros centros históricos, la habana se convierta de nuevo en una ciudad para una clase privilegiada y los habitantes de centro y habana vieja se deban ir a barrios del extraradio que surgirán conforme crezca la especulación que tanto hemos sufrido en carne propia.

sigue siendo todo muy complicado, y cuando pienso que me sorprendió que mi taxista fuera ingeniero agrícola recuerdo que españa esta llena de licenciados en paro, y cuando pienso que me duele no ver más prensa que el diario gramma en la calle recuerdo que en nuestro país cada vez es más difícil encontrar voces que no estén adocenadas, y como dije en un poema, a veces en españa también "la libertad se ha reducido a una cuestión de franja horaria" porque nuestra capacidad crítica está siendo mermada tan sutilmente que hablamos de la libertad desde nuestros pequeños calabozos a crédito, sin darnos cuenta que cada vez es más difícil limar los barrotes.

la figura del che guevara es como una patente de corso para la revolución, que el régimen cubano vende como prêt-à-porter en todos los rincones de la ciudad, su carisma sigue rodeado del halo romántico que adquieren todos los líderes que mueren jóvenes, transgrede los límites de su propia ideología para convertirse en un icono del inconformismo internacional, algo tan difícil de digerir y tolerar desde el poder, pero tan rentable para seguir viviendo del cuento o de la historia según quien gobierne.


las imagenes del che bailan solas sobre una habana gris, entre maracas para turistas y botellas de ron añejo, su hermoso rostro brilla y despierta pasiones en camisetas, postales, llaveros,y toda clase de recuerdos, de esos que se embotellan y precintan para que nunca más nos hechemos al monte. no creo que a él le gustara mucho todo esto, yo ahora, cincuenta años después reuerdo como leía entusiamado con quince años su diario en bolivia, durante la convalescencia de un accidente de donde me levanté algo menos inocente.