miércoles, 26 de marzo de 2014

la concubina


la concubina

la concubina sueña con detener el tiempo
en el preciso instante del adiós.
la tibieza de los cuerpos todavía
calienta su alcoba
flota en el aire el eco de los gemidos
pero no existe rastro de ropa desnuda
ni vela agonizante, ni vino, ni celebraciones.
en la penumbra de su garganta
no quedan huellas, ni se hablará
las ventanas cerradas para que nadie sepa
los árboles mudos
la luz apagada
te quiero.